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Muérdago (Viscum album)

Detalle del muérdago sobre un pino


Un parásito

El muérdago es una planta semiparásita de tallos articulados y siempre verdes. Tiene flores masculinas y femeninas y da unas bayas, primero verdes y blancas al madurar, que no son comestibles y que maduran a finales del otoño. Crece preferentemente en las ramas de encinas, pinos y robles, en lo que a simple vista parece una madeja de tallos en forma de pelota. El muérdago fotografiado en esta página lo encontramos en un bosque de pinos carrascos de la Sierra de Guadarrama (provincia de Madrid, España).

Un pasado mágico

El muérdago era sagrado para los antiguos druidas, un bien para todo mal, físico o mágico. Aparte de sus innegables virtudes para combatir la arteriosclerosis y la tensión arterial, se le atribuía el poder de proteger y curar de forma mágica. Era además considerado un símbolo de paz y un poderoso amuleto protector, además del símbolo de la masculinidad, como contraposición al acebo, que era el símbolo de la femineidad. Según una antigua superstición, se colgaba sobre las cunas de los niños, para evitar que las hadas los robasen y los sustituyeran por otros. Hay leyendas que dicen que sus poderes mágicos provienen de que fue creado como un elemento que no era del cielo ni de la tierra, ya que sus raíces no tocan nunca la tierra, pero tampoco se sostiene por sí mismo en el aire. De ahí la costumbre de recogerlo sin permitir que caiga al suelo, y de colgarlo del techo.

El beso debajo del muérdago

El muérdago se utilizaba con profusión en las festividades asociadas al final del año celta, hacia el 1 de noviembre, y del solsticio de invierno. Con la aparición del cristianismo, entre el pueblo, siguió siendo considerado un buen augurio para sus poseedores, siempre que se hubiera cortado con la debida reverencia, pero su fuerte simbología pagana hizo que cayera en desuso, salvo en lo que se refiere a la tradición "romántica". Ya en la antigüedad, se consideraba que besarse debajo de un árbol con muérdago hacía durar el amor o incluso podía iniciarlo. Ése es el significado de la costumbre actual de besar a la pareja debajo del muérdago (colgado normalmente del dintel de una puerta o del techo, a falta de un roble o una encina): se supone que hace perdurar el amor.

El rito de cortar el muérdago

Por supuesto, el muérdago se puede comprar ya cortado, en mercadillos navideños, a menudo formando parte de pequeños ramos con otras plantas siempre verdes, y casi siempre con bayas. En la antigüedad, el rito de cortar el muérdago era respetuoso y complejo. El mejor muérdago para cortar, el más valioso, era el que crecía en los robles. La tradición decía que había que pedir permiso a la planta antes de cortarla, y que quien no lo hiciera con la debida reverencia sufriría todo tipo de males. Había que cortarlo cuando la luna tenía seis días, de un tajo, utilizando una hoz de oro y evitando que cayera al suelo.

Es posible que le gusten las tradiciones y que desee cortar usted mismo esta planta. Evidentemente, el principal problema suele residir, primero en localizar un árbol parasitado... y después, en trepar a él, armados de unas buenas tijeras de podar. Recomendamos prudencia.

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